Un organismo de control de los mercados estadounidenses ha demandado a Elon Musk, acusándolo de no haber revelado que había adquirido una participación en Twitter, lo que le permitió comprar acciones a «precios artificialmente bajos».

La demanda de la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) alega que, como resultado, el multimillonario jefe de Tesla ahorró 150 millones de dólares (123 millones de libras esterlinas) en recompras de acciones.

Según las reglas de la SEC, los inversores con participaciones superiores al 5% tienen 10 días para informar que han cruzado ese umbral. Musk lo hizo 21 días después de la compra, según el documento.

En una publicación en las redes socialesMusk calificó a la SEC como una «organización totalmente rota».

También acusó al regulador de perder el tiempo cuando «muchos delitos quedan impunes».

«La infracción de Musk causó importantes pérdidas financieras a los inversores», La denuncia de la SEC decía.

En un comunicado enviado por correo electrónico a BBC News, el abogado de Musk, Alex Spiro, describió la demanda contra su cliente como un «engaño» y una «campaña de acoso».

El precio de las acciones de Twitter subió más del 27% después de que Musk hiciera pública su compra de acciones el 4 de abril de 2022, dijo la SEC.

Musk terminó comprando Twitter por 44 mil millones de dólares en octubre de 2022 y desde entonces cambió el nombre de la plataforma a X.

La SEC presentó la denuncia en un tribunal federal de Washington, DC. Martes

La demanda pide al tribunal que ordene a Musk perder ganancias «injustificadas» y pagar una multa.

El director de la SEC, Gary Gensler, anunció en noviembre que renunciaría a su cargo cuando Donald Trump regresara a la Casa Blanca el 20 de enero.

Esto se produjo después de que Trump dijera que planeaba despedir a Gensler el «primer día» de su nueva administración.

Bajo el liderazgo de Gensler, la SEC chocó con Musk, un aliado cercano del presidente electo.

Pero Musk tuvo enfrentamientos con la SEC mucho antes de que Gensler asumiera el cargo.

En 2018, los reguladores acusaron a Musk de defraudar a los inversores al afirmar que «la financiación estaba segura» para privatizar Tesla, la empresa de coches eléctricos que dirigía.

Más tarde resolvió las acusaciones, renunció como presidente de la junta directiva de la compañía y acordó aceptar lo que llamó una niñera de Twitter: restricciones sobre lo que podía escribir sobre la compañía en las redes sociales.

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